Descarga 100% Gratuita

martes, 15 de mayo de 2007

Sapillo moteado


· Sapillo moteado común (Pelodytes punctatus) o Sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus).

Los sapillos moteados destacan por su escaso tamaño. Son más parecidos a las ranas que a los sapos típicos, dada su complexión esbelta y alargada, a pesar de que la piel, algo rugosa por el dorso, parezca más de sapo que de rana. El sapillo moteado común es algo más grande, alcanza algo más de 45 mm, mientras que el ibérico no supera los 40 mm. Lo más caracaterístico es la piel cubierta de pequeñas prominencias, coloreadas de verde, marrón o negro, las cuales les dan el nombre común y las diferencian de otros anuros. El cuerpo es aplanado, incluida la cabeza. Las pupilas son negras y se disponen verticalmente. No son perceptibles ni las glándulas parótidas ni los tímpanos. De color ocre-terroso, a veces presenta manchas verdosas en la zona dorsal. La mitad inferior es blancuzco-grisácea, en algunos ejemplares algo granulosa.
Las extremidades son largas y poco robustas, las posteriores adaptadas para el salto. En las anteriores, poseen cuatro dedos, por cinco en las posteriores, que presentan una membrana interdigital reducida.



Ambas especies son muy difíciles de diferenciar. Normalmente esto se hace en función de la localidad en la que se realiza la observación, aunque aún hay zonas “conflictivas”, en las que no se conoce con exactitud cuál es la especie presente, o si cohabitan las dos. El mayor tamaño del primero puede ayudarnos para ejemplares muy grandes, en otros casos se pueden observar diferencias en la complexión de ambas especies. El común suele parecer más alargado y con un hocico más grande y menos agudo que el ibérico.
Las hembras poseen una cabeza y extremidades más pequeñas en proporción al cuerpo. Los machos, que no poseen sacos vocales aparentes pueden presentar una tonalidad violácea en la zona gular, además de dos callosidades oscuras en cada antebrazo, y una en el segundo dedo de cada mano.
Larvas: Suelen presentar tonos pardo-marrones. Los ojos se sitúan en la parte superior de la cabeza, no en los laterales. El espiráculo aparece en el lado izquierdo. La zona ventral es blancuzca. Es característica una hilera de puntos en la mitad superior del dorso de las dos especies, bien visible en larvas ya de cierto desarrollo. La cola, casi el doble de larga que el cuerpo, termina en una punta redondeada, con una cresta que comienza en posición retrasada. Las larvas de sapillos moteados se distinguen porque las del común pueden alcanzar casi el doble de tamaño que las de ibérico, y además suelen ser más oscuras. Antes de concluir la metamorfosis, ya presentan las típicas verruguitas en la zona dorsal. En esta fase se parecen mucho a los pequeños sapillos pintojos.
Aunque aparecen en un variado tipo de hábitats, los sapillos moteados suelen elegir las zonas despejadas, incluidas las agrícolas. Así aparece en zonas de monte con escasa cobertura, en lapiaces calizos, en zonas de cultivos de secano, etc. El común alcanza 1.990mts. de altitud en Sierra Seca, y el ibérico se distribuye desde el nivel del mar hasta 1.450mts. en las sierras de Huetor y Parapanda. No se trata de anfibios exigentes con la humedad, ya que aparecen tanto en sierras con un alto grado de humedad y precipitaciones, como en depresiones donde estas son mucho menores. Para reproducirse son igualmente austeros: en cualquier cuneta encharcada, en roderas de pistas encharcadas o incluso solares inundados en las afueras de algunos pueblos se encuentran a gusto sus larvas. Utilizan también charcas de mayor tamaño, más querenciosas para otras especies de anfibios.



El sapillo moteado común acostumbra también a reproducirse en albercas de cierta profundidad, algo poco o nada habitual en el sapillo moteado ibérico. Si bien puede faltar, es muy común que elijan las láminas de agua con algo de vegetación herbácea semiinundada en las orillas, o cardos corredores secos y desplazados hasta aquellas, ya que los machos suelen apoyarse en estos elementos a la hora de cantar para atraer a las hembras. Esto vale sobre todo para el moteado ibérico, que siempre canta con la cabeza por encima de la superficie, en posición casi vertical, y apoyado en alguna ramita. El moteado común puede emitir su canto desde debajo del agua. Los reclamos, aunque muy parecidos, muestran diferencias. De hecho, este fue uno de los aspectos que hizo pensar en la posibilidad de que hubiera más de una especie de sapillo moteado.
Son nocturnos, aunque durante el celo comienzan a cantar al atardecer y, en días nublados pueden hacerlo durante toda la jornada. Son, junto con el sapo de espuelas los anuros más discretos, cuyos adultos sólo se suelen localizar durante la estación reproductora. Suelen permanecer casi todo el tiempo en galerías o bajo rocas u otros objetos.



Para reproducirse, son de los anfibios más madrugadores y menos frioleros, y se les puede escuchar durante noviembre, diciembre y enero, en las noches que no hiela. El sapillo moteado ibérico suele adelantarse al común en territorio granadino, ya que la zona donde habita el segundo es más continental y de ciclos más tardíos. Si octubre es lluvioso, emergen los primeros machos. La actividad decrece algo con la bajada de las temperaturas, para volver a aumentar en febrero-marzo, cuando cría el mayor volumen de sapillos. El amplexus es inguinal, durante el cual las hembras depositan pequeños paquetes de huevos adheridos a alguna ramita o piedra. El desarrollo larvario es muy variable, en función de la disponibilidad de alimento, pero sobre todo del régimen térmico del lugar donde se desarrollen las larvas (entre 2 y 4 meses normalmente).
Una vez fuera del agua se alimentan de artrópodos, babosas y lombrices, de un tamaño adecuado a su escasa talla, que capturan de forma activa.



Sus mecanismos de defensa son, bien la huida a saltos o sumergiéndose si se encuentra en el agua, bien adoptando una postura característica, en la que arquea el dorso, y segrega una mucosa levemente tóxica por la piel.



Al ser una especie poco longeva y dependiente para la reproducción de lugares con agua bastante irregulares y temporales, existen grandes fluctuaciones en sus poblaciones. Así, tras varios años de intensa reproducción en diferentes comarcas granadinas, este año el sapillo moteado ibérico apenas se ha reproducido, y si lo ha hecho, pocas larvas han concluido su desarrollo. Esto posiblemente se refleje en la abundancia de sus poblaciones en años venideros.

Fuente:www.sierradebaza.org.

No hay comentarios:

Trafico Orientado

Sitios Recomendados

Mucho del material que aquí encontrara fue extraído de los siguientes sitios: Listado de Animales: Mucha información acerca de todos los animales El único proposito de éste sitio es el de difundir el conocimiento acerca del mundo animal al que muchos desprecian y no saben valorar.